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domingo, 4 de diciembre de 2011

Levantad vuestros ojos (Jn 4,35)


Con mucha alegría y especial emoción nuestra comunidad recibió la noticia, hace ya algunas semanas, que nuestro hermano Cesar Bello recibiría la ordenación sacerdotal el próximo miércoles 7 de diciembre en víspera de la celebración de la Inmaculada Concepción. Sin duda que para nuestra arquidiócesis es una fiesta, pero esa fiesta se hace mayor en nuestra comunidad de La Sagrada Familia al enterarnos que el Padre Cesar se quedaría en nuestra parroquia como vicario de nuestro párroco el Padre Mauricio.

En estos tiempos que vivimos es importante la ordenación de un sacerdote y, por lo mismo, no puede pasar desapercibido, hay que celebrarlo con “bombos y platillos” levantando nuestra oración de agradecimiento a Dios por este regalo y, no puede omitirse el agradecer también a la familia que formó en su seno al Padre Cesar y que sembró en él la semilla que hoy vemos convertida en árbol con frutos de verdadera fe.

El Padre Cesar recibe el sacerdocio en un tiempo de doble vivencia y reflexión. La primera es que recibe su ordenación la víspera del día en que nuestra arquidiócesis celebra a la Santísima Inmaculada Concepción, su patrona, por tanto podemos esperar que siempre nuestra madre lo acompañe con su protección e interceda ante su hijo para que nuestro nuevo sacerdote sea fiel pastor del rebaño que le sea encomendado. Especialmente pedimos que la Virgen sea ejemplo de discipulado y guía para la misión que el Señor entrega al Padre Cesar. Por otro lado, su ordenación se lleva a cabo en un tiempo muy especial para la Iglesia Católica como es el tiempo de adviento. La esperanza es una virtud que Dios nos regala para esperar tiempos mejores, y esa esperanza se afirma cuando vemos que nuevas vocaciones llegan a buen término y renuevan la energía de nuestra arquidiócesis.

No me cabe duda que el Padre Cesar será un hombre feliz en su andar y en su misión, lo confirmo cuando leo una publicación de la revista Forbes de Estados Unidos que indica al sacerdocio como la profesión más feliz y satisfactoria - especialmente como lo explican los mismos sacerdotes - porque tener la oportunidad de ayudar a otros le concede gran valor al servicio que pueden brindarle al prójimo. Ya lo dice la Palabra de Dios: "Hay mayor alegría en dar que en recibir" (Hch 20, 35).

Padre Cesar. «Levantad vuestros ojos y mirad los campos que están dorados para la siega» (Jn 4,35). Estas palabras del Señor tienen la virtud de mostrar el inmenso horizonte de la misión de amor que se te ha dado. Es mi deseo – y creo representar a toda la comunidad de “La Sagrada Familia” – que siempre sientas la cercanía de Jesús y que su Santo Espíritu te brinde fuerzas para vencer, en las horas oscuras de la vida, la fatiga del ministerio que se te ha confiado y que en comunión con María, los Santos y quienes te acompañen, puedas llevar tus proyectos a buen término, manteniendo siempre la fidelidad y el amor a Dios. Duc in altum!

Claudio González Larenas

Parroquia “La Sagrada Familia

Arquidiócesis de “La Santísima Concepción

Diciembre de 2011

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