Estamos
en el mes de la solidaridad. Este tiempo constituye un tiempo de gracia para
preguntarnos qué significan los demás para nosotros y si estamos realmente
preocupados de ellos y ocupados por ellos. La solidaridad no es un sentimiento,
sino que la determinación firme y constante de colaborar para que todos quienes
se ven limitados en su dignidad por las paupérrimas condiciones en las que
viven puedan tener condiciones más humanas de vida. La solidaridad es la
expresión más primitiva de nuestra fe en Jesucristo que siendo rico se hizo
pobre para compartir su vida con nosotros y darse por nosotros entregando su
propia vida.
La
solidaridad es una invitación a salir de nosotros mismos y a entrar en la
lógica del servicio como expresión de lo mejor de nuestra humanidad. Sólo
dando, sólo dándose es posible vivir en plenitud nuestra condición de seres
humanos, amados por Dios hasta el punto de que el Hijo de Dios da la vida por
cada uno de nosotros.
Urge hoy,
como comunidad de creyentes tener meridiana claridad que la voluntad de Dios es
que estemos al servicio de los demás. Si, allí es donde aparecerá realmente
nuestra fe y sobre todo nuestra ilimitada confianza en Dios. Es también el
mejor testimonio de que la Iglesia es el cuerpo de Cristo y como Cuerpo nos hacemos
cargo de los necesitados. Los campos de acción en el ámbito de la solidaridad
son inmensos. Empezando por los que no tienen lo necesario para vivir y
continuando con los que están necesitados de afecto, de amor, de compañía. La
pobreza espiritual es otro campo que hemos de tener muy presente, porque no hay
pobreza más grande que no creer, que no encontrarle sentido a la vida, que
vivir sin esperanza.
No puedo dejar de expresar mi más profundo
agradecimiento por el tiempo que compartí el ministerio episcopal junto a Mons.
Ossandón. Su paso por la Arquidiócesis nos edificó a todos y estoy seguro que
prestará un gran servicio en la Arquidiócesis que lo vio crecer como cristiano
y sacerdote, Santiago. Que Dios te bendiga y que la sabiduría de Dios te ilumine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario