Scroller

domingo, 10 de julio de 2011

Parábola del Sembrador


Comienza precisamente así: “Salió el sembrador a sembrar “, su semilla caerá en terreno fértil, otras en terrenos que no siempre están preparados para recibirla…

Es Dios quien, por amor, ha sembrado, en nuestros corazones la semilla de su Hijo, palabra y esencia de la Buena Nueva del Reino. Sin embargo, no todos la hemos recibido de la misma manera. Jesús describe la variedad de los ‘terrenos’ y las razones por las que la semilla no germina de la misma manera.

En efecto, la historia de la palabra de Dios, en la existencia de los que la hemos escuchado, ha sido muy diferente. La fragilidad del espíritu del ser humano, la inconstancia y debilidad de la voluntad, juegan un papel determinante, respecto de la aceptación o rechazo de la misma palabra y su eficacia productiva. Son los granos de la parábola caídos a lo largo del camino, en terreno pedregoso y entre espinos. En ninguno de ellos hubo condiciones favorables para que los granos sembrados pudieran dar frutos.

Hay que ver cuántas veces recibimos la semilla y ha dado su fruto. Para ello es esta parábola. Cristo nos da la oportunidad de ver cómo estamos correspondiendo a su llamado, preparando nuestro terreno, cómo lo hacemos parte de nuestra propia vida. Si queremos que la semilla fructifique, debemos recibirla todos los días, e irla cuidando, hasta que dé su fruto. Al entregar nuestro corazón al Señor Jesús y permanecer en sus caminos, Él nos ayudará a crecer espiritualmente, nos llenará de su Espíritu Santo y nos transformará.

Sin duda, esta disposición personal a acoger la palabra de Dios, su semilla de vida, con corazón abierto, con profundidad, limpiando nuestra tierra, es muy importante y que a pesar de todas nuestras debilidades y no obstante nuestros cansancios y pérdidas de entusiasmo, hagamos todo lo que está a nuestro alcance para vivir lo que Dios nos pide.

¿NOS HEMOS PUESTO A PENSAR EN QUÉ TIERRA HA CAÍDO LA SEMILLA QUE PLANTÓ JESÚS EN NUESTRO CORAZÓN?

- ¿Cómo despertamos entre nosotros la acogida a la semilla que siempre siembra el sembrador?

- ¿Cómo recibimos la siembra del Evangelio en nuestra comunidad?

Una comprensión exacta y profunda de la liturgia de este día, nos debe conducir a una vida cristiana más auténtica y más comprometida, fundada ciertamente en la eficacia de la Palabra de Dios, y, al mismo tiempo, responsable de los dones recibidos y de la necesidad de producir fruto abundante.

Sobre la PALABRA DE DIOS dice el Padre Kentenich:

“Es semilla que arraiga / si cae en buen terreno;

Que trae fruto centuplicado / si penetra hondo en los corazones”.


Comunicaciones Sagrada Familia.

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