Scroller

jueves, 1 de noviembre de 2012

La Fiesta de Todos los Santos (día 1º), va siempre de la mano con la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos (día 2), ya que no es posible celebrar la invitación de Cristo a la santidad plena, sin rogar por todos quienes, intentando responder a la llamada del Señor, ya partieron de este mundo.

Los santos son quienes inequívocamente han llegado a la meta y la Iglesia reconoce esta plena cercanía con Dios; los fieles difuntos, por su parte, son los que queremos que estén con los santos, que disfruten de su compañía, pero deben ser purificados por la misericordia del Señor.

A los santos se les invoca para que intercedan por nosotros ante Jesús, a los difuntos se les recuerda para que Jesús los purifique y los introduzca en la presencia de Dios con todos los santos.

Los santos ya llegaron, los difuntos están a la espera. ¿Y nosotros? Aun vamos de camino.

Que el Señor nos conceda una inmensa alegría por los santos (entre quienes el Señor nos quiere ver) y una renovada esperanza por los difuntos (a los cuales el Señor quiere salvar).

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